Toxoplasma y embarazo
¿Qué es la toxoplasma?
La toxoplasmosis es una infección ocasionada por un parásito denominado toxoplasma gondIi. La infección es generalmente una enfermedad leve, pero puede ser peligrosa durante el embarazo por el riesgo de infección del bebé. Por suerte, se pueden hacer muchas cosas para evitar la infección si no la has pasado antes de estar embarazada.
¿Cómo se contagia la Toxoplasmosis?
El parásito está adaptado especialmente para su hospedador, que es el gato. Si está contaminado, lanza los quistes al exterior, que a su vez pueden ser comidos por animales.
Se cree que alrededor del 50% de las infecciones por toxoplasmosis se producen al comer carne infectada cruda o poco cocinada. No obstante, también se puede contraer el parásito de otras formas, como por ejemplo, al beber agua contaminada, comer frutas o vegetales frescos contaminados, o al tocar tierra contaminada, arena de la caja de un gato o carne que esté infectada con quistes de parásito.
¿Cuándo sabré si he pasado la toxoplasmosis?
Se determinan los anticuerpos frente al toxoplasma en la analítica de 1r trimestre, que se realiza entre la semana 9 y 12 de embarazo. Si no eres inmune al toxoplasma (es decir, no has pasado la infección), en la analítica de 2º y 3r trimestre se solicitan nuevamente los anticuerpos, para comprobar que no te hayas infectado durante el embarazo.
La toxoplasmosis es una infección habitualmente asintomática. También puede presentarse con síntomas inespecíficos como dolores musculares, fatiga, dolor de cabeza, fiebre y dolor de garganta o sarpullido. El periodo de incubación es variable, entre 5 y 23 días.
Tengo un gato, ¿Cómo puedo prevenir la toxoplasmosis?
El contacto con gatos domésticos se considera un factor de riesgo bajo. No obstante, se deben tener algunas precauciones.
Para limpiar la caja de arena debe utilizarse mascarilla y guantes desechables, y posteriormente hay que lavarse muy bien las manos.
Para evitar que tu gato se infecte mientras estás embarazada, aliméntalo con comida especial para gatos o con restos de comida bien cocidos, nunca con carne cruda o poco hecha. Mantén a tu gato dentro de tu casa y lejos de los lugares donde comes o preparas la comida.
Si bien es poco probable que el gato tenga parásitos en el pelo, es aconsejable lavarse bien las manos después de jugar con él, especialmente antes de comer.
Medidas generales de prevención de la toxoplasmosis
La carne de cerdo, de cordero y de presas de caza son las que albergan este parásito con más frecuencia en sus tejidos, pero cualquier tipo de carne puede estar infectada, por lo que siempre debe cocinarse y manipularse adecuadamente. El calor mata a los parásitos, por eso es importante cocinar bien la carne. Si comes carne cruda o poco cocida (o la tocas y después te tocas la boca, la nariz o los ojos), puedes infectarte con estos quistes de tejidos. También se recomienda congelar (< 18ºC) la carne mínimo 48h antes de cocinarla y evitar la carne curada en sal o ahumada y los embutidos.
Se recomienda lavar con agua caliente y jabón los utensilios de cocina y las superficies donde se hayan preparado los alimentos.
También debes evitar beber agua contaminada. Utiliza agua embotellada cuando vayas de viaje a países en vías de desarrollo. Lava bien las verduras y la fruta antes de consumirla.
Si manipulas tierra debes utilizar guantes de jardín y no te toques la cara con las manos hasta después de haberlas lavado bien, ya que en el jardín pueden haber restos de heces de un gato infectado.
¿Qué sucede si contraigo toxoplasmosis?
A pesar de que hayas contraído la toxoplasmosis durante el embarazo, la probabilidad de que se transmita la infección al bebé es baja. En el tercer trimestre, el riesgo de transmisión es mayor, pero las consecuencias son menos graves.
En el momento de la detección, se inicia un antibiótico para reducir el riesgo de transmisión al bebé, y se ofrece la realización de una amniocentesis para determinar si hay parásito en líquido amniótico. También se realiza un seguimiento estricto mediante ecografías durante el embarazo para confirmar que no hay alteraciones fetales.
Las consecuencias que puede sufrir el bebé pueden ser variables, de leves a graves. La toxoplasmosis congénita puede afectar el cerebro del bebé, causando problemas estructurales y neurológicos. También es posible que afecte otros órganos, generalmente los ojos, provocando alteraciones visuales y, en algunos casos, ceguera.
Dra. Carmen Garrido Giménez
Ginecología y Obstetricia, diagnóstico prenatal.