La importancia de la visita preconcepcional

La visita preconcepcional consiste en la visita que se realiza antes de iniciar la búsqueda de embarazo.

No es una visita fundamental pero es muy recomendable y desde Dona i Nen os recomendamos que la realicéis.

Este tipo de visita cada vez es más frecuente porque muchos pacientes ven una gran oportunidad para comprobar que todo está bien y que no hay ningún motivo que contraindique el embarazo.

Básicamente consiste en hacer un control ginecológico rutinario. Una exploración ginecológica y la realización de citología cervicovaginal si no la teníamos al día. En muchos casos también se realiza ecografía ginecológica de rutina, en otros casos únicamente se realiza si la paciente refiere síntomas sospechosos de patología a nivel uterino u ovárico o si la exploración así lo recomienda.

Una vez comprobado la total normalidad, se resuelven dudas. La más frecuente es cuánto se tarda en conseguir gestación. A grandes rasgos y de manera muy general podemos decir que la tasa de embarazo cada mes oscila alrededor del 20% y que en 6 meses el 60% de las parejas consiguen gestación, en un año el 80-85 %.

Por otra parte, esta visita permite el control y el consejo acerca de hábitos y estilos de vida. Recomendamos el abandono del tabaco y reducir el consumo del alcohol mientras se busca embarazo para eliminarlos totalmente cuando se consiga el mismo. A su vez también recomendamos realizar una dieta equilibrada y la práctica de ejercicio físico.

Otra de las recomendaciones que se hacen en esta visita y quizás la más importante es la prescripción de ácido fólico. Se recomienda su consumo diario mediante pastillas o sobres desde antes de buscar gestación. La intención es conseguir tener los niveles de ácido fólico del organismo elevados y así evitar defectos en el cierre del tubo neural del embrión durante el primer trimestre. Traducido al lenguaje no médico, debemos tomar ácido fólico para que el sistema nervioso del feto se forme adecuadamente y así evitar malformaciones como la espina bífida.

Conclusiones: porque importa la visita preconcepcional

Como veis, la visita preconcepcional, es sin ningún tipo de duda muy importante. Sin embargo hay situaciones en las que esta visita es todavía más importante y ninguna mujer debería embarazarse sin hacerla antes. Nos referimos a las mujeres que padecen enfermedades crónicas como la hipertensión o la diabetes pero también la ansiedad o el hipotiroidismo. Lo recomendable es visitar al especialista que nos controla la dolencia descrita, ya sea el psiquiatra, el endocrinólogo, el cardiólogo, etc antes de plantearse la búsqueda de embarazo. El especialista nos recomendará el momento óptimo para ponerse a buscar gestación y nos aconsejará sobre las medicaciones que se puedan tomar o no. Resumiendo, es importante planear el embarazo en el momento más óptimo de nuestra enfermedad, cuando mejor controlados estamos y haciendo tratamientos totalmente seguros y compatibles con la gestación.

Así que desde Dona i Nen te recomendamos que visites a tu ginecólogo cuando te plantees la búsqueda de embarazo y en el caso de sufrir una enfermedad crónica, visita cuanto antes tu especialista y a tu ginecólogo.

Dra. Sonia Sánchez

Parto a la carta

En una época en la que decidimos cuándo y cómo hacemos todas las actividades de nuestra vida, es normal que a la hora de decidir cómo queremos dar a luz, nos ocurra lo mismo. Pero, ¿podemos decidir cuándo y cómo queremos dar a luz?

Desde luego la respuesta a la segunda pregunta es que sí. De entrada toda mujer debería poder elegir como quiere dar a luz. Es decir, debería poder elegir donde quiere tener a su bebé y de qué modo. Cuando hablábamos del plan de parto nos referíamos a este derecho. Otra cosa es lo que ocurra después. Sabemos que la vida a veces es caprichosa y no nos deja elegir con tanta libertad como nos gustaría. Pero de entrada toda mujer debería poder elegir si quiere parir en un hospital público o privado, si desea un parto medicalizado con anestesia o si prefiere un parto natural de baja intervención.

¿Podemos elegir cuándo damos a luz?

La respuesta a la otra pregunta es más compleja. ¿Podemos elegir el cuándo? La asistencia médica obliga en ocasiones a finalizar el parto antes de que éste se produzca de forma espontánea. Lo explicamos cuando hablábamos de la inducción del parto. Pero, ¿es correcto finalizar el parto cuando a nosotros nos va bien sin esperar a que ocurra de forma natural y sin motivo médico que así lo recomiende?  La respuesta a esta pregunta es muy compleja. A veces no ocurre nada pero por motivos sociales o familiares el parto se debe producir cierto día en concreto. Por ejemplo, imaginad una pareja que viva separada por motivos de trabajo y que el padre sólo pueda viajar al parto en unas fechas determinadas. Si el bebé ya está a término y todas las partes entienden lo que puede suponer, se podría hacer una inducción para que puedan estar los padres juntos en el momento del parto. Pero, ¿es correcto elegir el día del parto porque ese día me gusta o porque no quiero esperar o me da miedo ponerme de parto?

Desde luego son situaciones muy extremas y los que abogan por una asistencia al parto poco intervencionista y respetuosa dirán que ni hablar, que lo correcto es esperar y que no deberíamos “intervenir” en la voluntad de la naturaleza. Pero si las dos partes, médico y futuros padres son conscientes de lo que están haciendo y realmente el recién nacido ha llegado a término, es realmente tan malo…?

Desde luego, lo correcto es que el recién nacido,  si no hay inconveniente, nazca cuando tiene previsto, ni antes ni después. Las probabilidades de complicaciones si nos adelantamos son mayores y aunque es un riesgo bajo, es un riesgo mayor que asumiremos.

Desde  Dona i Nen os animamos a dar vuestra opinión al respecto y a que os planteéis qué expectativas tenéis en relación a vuestro parto.

¿Qué es una inducción del parto?

La inducción del parto es la provocación del trabajo de parto con el fin de finalizar la gestación.

Se trata de un procedimiento frecuente en las salas de parto del primer mundo. El principal motivo de inducción es lo que conocemos como gestación cronológicamente prolongada que se define como gestación más allá de las 41 semanas.

Sin embargo existen un sinfín de posibles diagnósticos que pueden provocar la necesidad de finalizar la gestación mediante una inducción como los bebés con retraso de crecimiento, la diabetes gestacional si no se controlan correctamente los niveles de azúcar o enfermedades maternas que podrían empeorar si se deja evolucionar el embarazo de forma espontánea como por ejemplo el lupus o la hipertensión.

¿Por qué efectuar una inducción del parto?

El objetivo de la inducción es conseguir provocar contracciones y que arranque el trabajo de parto. Se consigue mediante la administración de diferentes medicamentos. En función de las condiciones del cuello de la matriz, es decir, en función de la dilatación de inicio se utilizarán unos u otros. Resumiendo podemos decir que si el cuello está muy inmaduro es decir, no hay dilatación (o lo que se suele decir como “estar verde”), se utilizan prostaglandinas, suelen ser medicamentos de administración vaginal o vía oral. Si las condiciones son favorables y nos encontramos con un poco de dilatación es habitual el uso de oxitocina. Ésta se administra de forma endovenosa y es lo que conocemos como “goteo”.

Normalmente una inducción consta de dos partes, la primera sería la maduración del cuello de la matriz mediante prostaglandinas como hemos explicado y la segunda, la estimulación mediante oxitocina para conseguir hacer descender la cabecita del bebé y que  el cuello de la matriz se dilate.

La duración de la inducción es muy variable. Podemos decir que oscila entre 12 y 48 horas.  Esta duración dependerá del tipo de inducción, de las condiciones de inicio y de cómo evolucione todo el proceso.

La inducción finaliza con el nacimiento del bebé mediante un parto vaginal. Pero hasta en un 50 % de los casos no se consigue que el bebé nazca vía vaginal y se realiza una cesárea. Los motivos pueden ser muchos pero básicamente son el fracaso de la inducción, es decir, que aunque utilicemos todos los medios de los que disponemos, no se consigue provocar el trabajo de parto. Por otro lado, otro motivo sería la pérdida del bienestar fetal. Es decir que se produzca la sospecha de que el bebé pueda sufrir o estar sufriendo.

Evidentemente durante todo el proceso de inducción se controla el bienestar tanto de la madre como del bebé.  Esto se consigue mediante la monitorización de constantes vitales. De esta manera podemos detectar rápidamente cualquier alteración que se produzca y actuar adecuadamente.

Durante la inducción del parto y si no hay contraindicación para la misma se administrará anestesia peridural si así lo desean la paciente y el médico, buscando siempre el máximo confort y comodidad durante un proceso que como ya hemos visto puede ser realmente largo y tedioso.

Finalmente sólo queremos recordaros que  será vuestro médico quién os indique la necesidad o no de inducción y que en esta situación prevalecerá siempre la opinión del mismo. No dudéis en preguntar y exponer vuestra opinión porque también será importante saber las expectativas de los pacientes  acerca de su parto.

¿Qué es un plan de parto?

Todas las mujeres tienen unas expectativas respecto a cómo transcurrirá el parto. La mayoría de las veces estas expectativas coinciden con el desenlace final. Otras veces no, y en otras ocasiones estas expectativas no  existen, la futura mamá no se lo había planteado. En este contexto aparece el plan de parto.

Cada vez más mujeres se interesan en las consultas por conocer en qué consiste un plan de parto. Se trata de un documento en el que la embarazada expone sus preferencias en relación a la asistencia a su parto al ginecólogo o comadrona que les controla el embarazo. A través del plan, ambas partes llegan a un acuerdo sobre lo que es medicamente posible y lo que no. Por ejemplo, podemos expresar que deseamos un parto sin anestesia peridural y durante el transcurso del parto se decide administrarla. Con esto queremos decir que el plan de parto sirve para exponer las necesidades y los deseos que tenemos pero no es un documento inamovible.

Bases del plan de parto

Es un documento que une dos principios de ética médica sobre la asistencia al paciente: por un lado la autonomía del paciente, éste tiene derecho a tomar decisiones acerca de su asistencia médica y por otro lado el principio de beneficencia, el médico debe velar siempre por el bienestar del paciente.

El plan de parto permite que la futura mamá esté informada. La información es poder y en el caso de una embarazada, este poder se traduce en  seguridad tanto en el personal que la atiende como en sí misma.

Así que desde Dona i Nen os animamos a redactar vuestro plan de parto. Incluso si vais a dar a luz mediante una cesárea. Existen numerosos puntos de vista para comentar con el personal sanitario. No todas las mujeres somos iguales y por lo tanto las expectativas del parto tampoco lo son.

¿Ya has redactado tu plan de parto? ¿A qué esperas?

El papel del acompañante en el parto

Cuando preguntamos a nuestras madres sobre sus partos y sobre todo a aquellas que dieron a luz en grandes hospitales públicos, nos cuentan que estuvieron solas todo el rato y que ahora tenemos mucha suerte de tener a nuestras parejas con nosotras.

Habitualmente damos a luz en hospitales. Los hospitales son lugares extraños para la mayoría de las personas y por desgracia,  son fríos y poco acogedores. Cuando una mujer acude de parto a un hospital, en la mayoría de los casos, acude con dolor y con miedo. Y si unimos el dolor de las contracciones con la preocupación o el miedo por saber qué va a ocurrir y lo mezclamos con un ambiente hospitalario frío con personas desconocidas a nuestro alrededor tenemos la combinación perfecta para hacer que el miedo y la desconfianza aumenten.  Y eso dificulta el correcto desarrollo del propio parto.

Sin embargo si en esta situación tan desfavorable podemos tener a alguien de confianza con nosotras, la cosa cambia. El permitir que los futuros padres estén juntos durante todo el proceso no ofrece más que ventajas.

La futura mamá tiene a su lado a la persona de mayor confianza. Sabe que va estar  con ella apoyándola hasta el final. Por otro lado, el futuro papá o el acompañante podrá vivir en primera persona el nacimiento de su bebé y esto es una de las experiencias más gratificantes de la vida.

Por ello desde el servicio de Obstetricia y Ginecología de Dona i Nen defendemos la presencia de al menos un acompañante durante todo el proceso. Solicitamos que sea una persona de extrema confianza, normalmente la pareja pero también hemos compartido la experiencia de mamás acompañadas por sus madres o por sus hermanas o amigas. Nuestra experiencia es siempre positiva. La pareja durante el parto acompaña a la futura mamá, vela por su bienestar, sirve de puntal de confianza para ella y además es testigo de todo lo que ocurre. Independientemente de que se trate de un parto o una cesárea, la futura mamá debe estar acompañada siempre en la medida de lo posible. Además este acompañante puede ser de gran utilidad en situaciones especiales como partos gemelares o si la mamá no se encuentra bien ya que, él también puede hacer piel con piel durante los primeros minutos de vida del recién nacido y eso no tiene precio. Lo mejor para un recién nacido es su mamá pero si no puede ser, siempre es mejor el papá u otro familiar que una cuna o un desconocido.

Así que futuros papás no dudéis en acompañar a vuestras parejas en el parto. Seguro que seréis muy útiles y además viviréis uno de los momentos más intensos y mágicos de vuestra vida.