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Mi primera visita ginecológica

La primera vez que te planteas ir al ginecólogo, es una cuestión que genera muchísimas dudas. Lo más importante que debes hacer en cualquier tema de salud, es informarte y no dejarte influir por los comentarios. Así evitarás formarte una opinión equivocada y podrás tomar una decisión libre y segura.

Como ginecóloga, la recomendación que doy para saber cuándo realizar la primera consulta ginecológica, es que no hay una edad concreta para ello. Se deberá acudir si tienes algún problema con tu menstruación (ya sea que es irregular, dolorosa, muy frecuente,…), si tienes cualquier tipo de duda (sobre las relaciones sexuales, sobre el uso de tampones, sobre tu desarrollo sexual,…), si quieres consejo anticonceptivo o si no tienes ningún tipo de problema pero ya has iniciado las relaciones sexuales. La frecuencia con la que acudir a la consulta dependerá del motivo, y será tu ginecólogo quien te lo indique. Aunque, en general, si tienes relaciones sexuales se recomienda acudir al ginecológica cada año.

Que tienes que saber para tu primera visita ginecológica

Entre las grandes dudas que surgen son “¿qué me preguntará?”, “¿qué me hará?”, “ ¿ mi madre se tiene que enterar de todo lo que diga?”. Lo primero de todo es saber que el objetivo de la visita es la prevención de trastornos ginecológicos, la confirmación de que el aparato genital es normal para tu edad y dar asesoramiento en anticoncepción si lo necesitas. Para todo ello, el ginecólogo debe conocer una serie de datos sobre ti, y te hará unas cuantas preguntas relacionadas con la regla (sobre su intensidad, duración y frecuencia), sobre el consumo de drogas, sobre tu estado de salud en general (si tienes o has tenido alguna enfermedad, si estás operada, si tienes alergias,…), si tienes relaciones sexuales y si las tienes, la edad en que las iniciaste, el número de parejas que has tenido, si actualmente tienes pareja estable, y si tienes algún problema durante dichas relaciones (dolor, falta de deseo, dificultad de alcanzar orgasmos,…), si has estado alguna vez embarazada y si lo has estado, como fue el embarazo y si en tu familia hay antecedentes de enfermedades graves.

Una vez realizada toda la historia médica y hayas explicado el motivo de tu consulta, se suele proceder a la revisión ginecológica. En ocasiones, ésta no es necesaria en una primera visita y siempre podrás optar por no hacerla si te sientes muy incómoda o no preparada y volver otro día. La revisión suele consistir en exploración de las mamas y la vulva (no dolorosa, aunque puede resultar un poco incómoda). Además, si has mantenido relaciones sexuales, se suele realizar una citología y posteriormente un tacto vaginal. La citología consiste en tomar una muestra celular del cuello de tu matriz con un cepillito, para ello se utiliza un aparato llamado espéculo que nos ayuda a separar las paredes vaginales y permite observar el cuello del útero o matriz. El tacto vaginal se realiza introduciendo uno o dos dedos en la vagina, suele ser menos molesto que la citología y sirve para valorar el tamaño del útero y ovarios o la presencia de algún punto doloroso. En ocasiones, en algunos centros, complementan el estudio del útero y ovarios con una ecografía transvaginal. Para realizar dicha ecografía se introduce un transductor con gel frío en la vagina y se visualizan los órganos sexuales por una pantalla.

Es importante saber que todo lo que ocurre en la consulta ginecológica es confidencial, es decir, que si no deseas que tus padres sepan ninguna información de la que has hablado con tu ginecólogo, éste no se lo dirá. Esta premisa se cumple aunque seas menor de edad y la única excepción es que te detecte alguna enfermedad importante y se deba comunicar para ayudar en tu problema de salud.

Ya para finalizar, si te has decidido a hacer la revisión, para conseguir cita con un ginecólogo existen varias vías: si perteneces a una mutua o sociedad médica privada, pide directamente cita a cualquier médico incluido en tu guía de servicios, si prefieres ir por seguridad social, deberás acudir a un ambulatorio donde haya servicio de ginecología y pedir cita directamente. En algunas comunidades deberás acudir previamente al médico de familia para solicitar una derivación al ginecólogo. Existe una tercera opción, en algunas ciudades hay centros que pertenecen al ayuntamiento y que prestan asistencia gratuita sin necesidad de ningún documento sanitario, son los centros para jóvenes o de planificación familiar.

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